domingo, 7 de noviembre de 2010

Aveces no sabemos porque suceden las cosas, y talvéz nunca lo entendamos, pero en momentos como este y ante situaciones que vivimos o viven nuestros seres queridos es cuando nos unimos más y clamamos al Señor para que se manifieste su misericordia en nuestras vidas. El hecho de que Pablo esté vivo ya es un milagro, ahora solo le pedimos a Dios que restaure su cuerpo, porque sabemos que es un Dios de amor y sanador.

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